Aquellos que ya pasamos los ta y tantos años tenemos derechos a ser melancólicos y presumir con la premisa de que todo tiempo pasado fue mejor aunque no lo halla sido
Sucede que el tamiz de la historia deja sobre el cedazo los recuerdos positivos aquellos que conformaban los momentos felices y obviando los que no lo fueron.
Ahora bien, ¿Qué es lo que se destacan este resumen? ¿Qué características notamos en este presente? Es posible decir que existen ausencias dolorosas, angustiante paralizantes.
El ciudadano de nuestro país esta perdiendo protagonismo social. Su interés por las cosas fue derivado para más unir un compromiso que se asumiera los ineptos.
La política materialista y glovalizadora que extienden por el mundo a invertido la pirámide con los valores prioritarios. Se coloca en el en el vértice superior lo referido a lo económico suponiendo que, como desprendiendo de su desarrollo, se habrá de incrementar el aporte a la educación, a la cultura la ciencia y la técnica. No se ha comprendido que la realidad indica lo contrario y es el apoyo a la educación, la cultura la ciencia y la técnica posibilitara la potenciación del país en su desempeño financiero y su caudal económico.
Pareciere existir una desconexión entre los intereses de los ciudadanos y los que expresan los dirigentes.
Las preguntas entonces son:
¿Tenemos una dirigencia representativa?
Y como consecuencia,
¿Los pueblos realmente tenemos los gobiernos que nos merecemos?
En los términos formales la nuestra es una democracia representativa, por lo que debiéramos entender que los elegidos son consecuencias de la decisión ciudadana
Sin embargo los representantes parecieran haber perdido legitimidad moral ante su representados. Y ellos ocurren en todos los términos, sean estos políticos, gremiales o sociales
Una simple contribución de esta observación indica que nuestra sociedad se encuentra enferma, quizás con el dolor mas agudo que produce la crisis moral.
Poco de lo que se promete se cumple y la dialéctica tergiversa las condiciones del pacto establecido entre el ciudadano y el candidato.
Decíamos al comienzo que hay pérdidas dolorosas y paralizantes. Ellas tienen que ver con la data de técnica y solidaridad.
A su recuperación solo se llega con cultura y educación. Cultura y educación que no sea adecenada, que sean participativas creando los canales de interés, formalizado las preocupaciones por la vía de la necesidad imperiosa de defender lo de cada uno que es lo de todos. Hay que Salir del letargo, volver al contacto humano, a la relación con el otro en su forma individual. comprender, además, que nuestros representantes que hemos delegado el poder, un poder que otorgamos transitoriamente.
Ellos son, simplemente, los empleados a quienes, ante su pedido, les ordenamos funciones a cumplir, un mandato a realizar.
Sepamos que son nuestros mandatarios, que no somos sus subiditos.
Quizás nosotros, los que pasamos los ta y tantos solo podamos disfrutar de la melancolía, y de pensar que todo tiempo pasado fue mejor. A los jóvenes entregamos la esperanza de creer que en el futuro puedan decir que no ha sido así.
Por todo ello creemos que es el momento de parafrasear el titulo de la última película de Eliseo Subiela, Despabilate amor, para enarbolar un grito dirigido a cada uno de nosotros y que nos abarque en conjunto:
¡Despabílate país!
Ernesto Randó
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